¿Quién escribió El Quijote?

Fotografía obtenida de internet (imágenes de google)

¿Cómo se llama la esposa del presidente del gobierno español? ¿Qué colores tiene la bandera andaluza?¿Qué régimen político existe en España?, y sobre todo, la pregunta más sorprendente para mí:

¿Quién escribió El Quijote?

Al parecer varios ciudadanos honrados, trabajadores, no violentos, y que llevan múltiples años viviendo y cotizando a la Seguridad Social de nuestro país, es decir, varios ciudadanos que cumplen todos los requisitos para conseguir la nacionalidad española, han visto como el Registro Civil primero y los Tribunales de Justicia después les denegaban la obtención de la nacionalidad por el único motivo de no saber responder a alguna de las preguntas anteriores.

Confieso que no hubiese creído la noticia si no la hubiese leído yo mismo en distintos periódicos de nuestro país: El mundo, La Voz de Galicia, etc.

Ignoro, y lo digo sin sonrojo, cuál es el nombre de la esposa del actual presidente del gobierno, ignoro también cuáles son los colores de la bandera andaluza y prefiero no responder a la pregunta sobre qué régimen político creo que existe en nuestro país y en otros países de nuestro entorno por temor a molestar a alguien, cosa que no pretendo. Sin embargo, debo confesar que la pregunta más sorprendente para mí de todo este kafkiano cuestionario es la que indaga sobre el autor de El Quijote, y que suscita de inmediato en mí la siguiente inquietud:

¿Alguien ha leído El Quijote? ¿Alguno de los creadores de ese cuestionario o de los funcionarios de los juzgados que han denegado la nacionalidad han leído esta obra maestra de la literatura universal, del pensamiento, de la filosofía? ¿En caso de que alguno lo hubiese hecho, ha entendido algo de lo que allí nos dejó escrito para siempre su autor?

Qué pensaría mi admirado Don Quijote (y por ende, su grandioso creador, don Miguel de Cervantes) de la existencia de un juzgado que deniega la nacionalidad y excluye de los derechos que la misma le otorga a una persona de bien, trabajadora, honrada, justa y respetuosa sólo por el hecho de no saber tal o cuál pregunta de cultura general. Se imaginan, aquéllos que sí hayan disfrutado de esta joya universal e intemporal del pensamiento, cuál hubiese sido la reacción de nuestro más famoso hidalgo caballero. El esbozo en sus caras de una sonrisa o el arrebato espontáneo de alguna carcajada (jajaja, no puedo evitar compartirla con ustedes) me hará no tener ninguna duda al respecto.

Una sociedad que es capaz de poner en manos de todas estas personas inmigrantes lo mejor que tiene (es decir: el cuidado de sus hijos, de sus casas, de sus trabajos), se permite sin embargo el atrevimiento de cuestionar su integración en la misma por medio de una serie de preguntas tan absurdas como éstas. Esta práctica, habitual en algunos de los países supuestamente más avanzados de nuestro planeta, vulnera los derechos más básicos de la fraternidad humana y rebaja a dichas sociedades, la nuestra tristemente entre ellas, a niveles de injusticia y subdesarrollo impropias de cualquier época imaginable.

Permítanme terminar este humilde alegato personal recordando aquellas maravillosas palabras con las que comenzó su discurso el escritor portugués José Saramago al recibir el Premio Nobel de Literatura, y con las que yo les suplico desde aquí el fin de este tipo de prácticas:

"El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir. A las cuatro de la madrugada, cuando la promesa de un nuevo día aún venía por tierras de Francia, se levantaba del catre y salía al campo....."

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