El día que conocí a Banksy

marzo 01, 2015

El día que conocí a Banksy

"Follow your dreams. Cancelled". Obra de Banksy

"If we wash our hands of the conflict between the powerful

and the powerless we side with the powerful -

We don´t remain neutral".

Pintada de Banksy sobre un muro de Gaza.

Ultima imagen de su vídeo en Palestina.

Hace aproximadamente un año leí en un periódico de internet la siguiente frase: "It doesn´t take much to be a succesful artist - all you need to do is dedicate your entire life to it" ("Ser un artista de éxito no cuesta mucho - lo único que tienes que hacer es dedicar tu vida entera a ello"). Inmediatamente la publiqué en mi blog en mi pequeña lista de frases especialmente inspiradoras. Esta definición coincidía plenamente con mi propia concepción del arte, la más elevada, la de aquellos que convirtieron la búsqueda de la excelencia creativa en parte de su vida, incluso a sabiendas que el esfuerzo asumido no les iba a proporcionar nada material y lo que es peor, en los casos más tristes, su propia autoexigencia les acabaría conduciendo hacia el mismo precipicio. Van Gogh (en el lado más dramático posible) o Emily Dickinson (en el más autocontenido) son los dos ejemplos que me vienen siempre a la cabeza.

¿Quién era el autor de la frase? Banksy, uno de los artistas más conocidos del mundo del graffiti pero del que yo apenas sería capaz de dar más detalles que ese. No conocía su edad, ni tampoco los detalles de su obra. Y así siguió siendo hasta que unos meses después me encontré, por pura casualidad, un breve artículo gráfico en Pinterest sobre su obra y su biografía. Ese fue el día que lo conocí (si es que a alguien le está permitido decir esto).

Para los que no lo sepan, les descubro que la identidad de Banksy no solo era una incógnita para mí hasta entonces sino que lo sigue siendo hoy para el resto del mundo. Banksy, a pesar de su fama y de la increíble calidad de su obra, sigue en la actualidad ocultando su verdadera identidad. Todo lo que sabemos de él no son más que rumores que nunca se han podido confirmar. Pero lo que lo hace todavía más admirable para mí no es la modestia implícita del mantenimiento de este anonimato, sino el hecho de que siga levantando su trabajo sobre un medio tan frágil y perecedero como el que lo hace, un medio que no es suyo ni de nadie, un medio sobre el que no se puede ejercer ningún derecho de propiedad (esa maldita palabra que tanto daño ha causado y sigue causando a toda nuestra especie humana).

Lo más curioso, sin embargo, es que este hallazgo ni siquiera fue para mí la mayor de mis sorpresas. La mayor y también la más agradable fue descubrir que la famosa "niña de los globos", que yo mismo había versionado en color en una pequeño espacio de una de mis pinturas (la que encabeza mi artículo "Fronteras, una genealogía de la maldad") era obra de Banksy. Sin quererlo, seguro que en la manera en que él mismo hubiese deseado, su obra forma parte ya hoy de la conciencia colectiva de cualquiera que se recree con la grandeza del arte, de la belleza, de la libertad. En cualquier caso, todo mi reconocimiento tanto a la calidad como al profundo compromiso ético de su obra.

Por suerte para todos y de la misma manera que ocurría con aquellos personajes que yo tanto admiraba de pequeño, el anonimato de este gran creador no hace más que engrandecer su, ya hoy, justificada leyenda.

JAJ (Feb 2015)

Os dejo algunas imágenes de su trabajo. ¡Disfrutadlo!