Sentencia Gürtel, el primer paso hacia la rehabilitación
Imagen de la pobreza de nuestra sociedad (fotografía tomada del www.diariocordoba.coms)
Después de años pisoteando a la gente, desoyéndola, humillándola, llevándola a situaciones insostenibles.
Después de miles de mentiras, de imposturas, de silencios, de presiones, de corruptelas.
Después de cientos de arengas invocando en vano el nombre de la democracia, cuando en realidad se aprovechaba esa palabra-disfraz para manipular y arruinar a la ciudadanía.
Después de 10 años usando la excusa falaz de la supuesta crisis económica como eufemismo para la gran estafa financiera llevada a cabo por el lobby político-económico.
Después de miles de personas excluidas del mundo laboral, desahuciadas de sus casas, apartadas de la sociedad del bienestar y en muchos casos (1 de cada 5) arrastradas a vivir por debajo del nivel de la pobreza.
Después de tantos jueces presionados o apartados de su profesión para enterrar los escándalos, silenciar a las víctimas, y mantener el fundamentalismo económico de la única gran religión que se profesa hoy en día: el capitalismo feroz de ese Dios (en realidad diablo) llamado Dinero.
Después de todo esto, de lo visible y lo invisible, de las lágrimas de los adultos, del hambre de los niños, del frío de los abuelos, de las familias dehechas, de los sin techo, de los que no pudieron soportarlo... Por fin, como digo, después de todo esto una sentencia valiente y proporcionada viene a dar el primer paso en la rehabilitación moral de las víctimas y en el avance hacia el fin de este todavía no reconocido genocidio económico al que nos ha conducido la avaricia y deshonestidad de los principales representantes de casi todas las instituciones y jerarquías de poder de nuestras sociedades.
Enhorabuena a los jueces justos, los justos de verdad, aquellos que han sido capaces de enfrentarse a todo tipo de presiones, políticas, institucionales, mediáticas y hasta a aquellas, las más dolorosas de todas, llevadas a cabo por sus propios compañeros de profesión, muchos de ellos, como todos sabemos, meras comparsas y marionetas del poder ejecutivo.
Ojalá esta sea la primera de las cientos de sentencias que todos sabemos que tienen que llegar.
Celebremos este soplo de justicia y abracémonos en la seguridad de que la verdad es el camino,
un camino no hecho,
un camino que todos debemos hacer.
JAJ (Mayo 2018)
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